Día 30

«No todo el que busca, encuentra a Dios; sino que todo aquel que busca sinceramente a Dios, es encontrado por Él», afirma Edward Schillebeeckx; y ciertamente, no se puede buscar a Dios sino es con todo el corazón.

La totalidad de nuestro ser rendido a la voluntad del Señor, es lo que significa buscar a Dios de todo nuestro corazón. Es la determinación profunda de reconocer su Señorío y Salvación …en nuestra vida entera. Es venir a Él sin reservas, en una entrega total. Esto implica, despojarnos de todo orgullo y rebelión; de toda motivación impura y renunciar por completo a toda actividad que no honre el Nombre del Señor.

La eficacia de la oración tiene que ver con la condición de nuestro corazón. Donde esté nuestro tesoro, allí estará nuestro corazón (Mt. 6:21). Dios debe llegar a ser nuestro Mayor Bien para buscarlo como solamente Él merece. Como dice Tomas de Aquino: «No quiero ningún otro bien, te quiero a Ti, Señor mío».

En este día, disponemos un corazón rendido a su amor, a su poder, a su gloria. Hoy, levantamos nuestros corazones para buscar con todo nuestro ser a nuestro Dios Amado. Puedes unirte con un «me gusta», a todos aquellos que en este día decidimos buscar a Dios de todo nuestro corazón.

Pbro. Marco Antonio Marroquín Hilerio

Pastor de la 4ta. Iglesia del Nazareno, en México.